Esto ha sido gracias, a la utilización de una nanoestructura que combinando metal y plástico consigue reducir la pérdida de luz reflejada de una célula solar convencional. Además, esta nueva tecnología consigue incrementar la cantidad de luz capturada con menor grosor que el convencional. Esta luz es atrapada a través de los huecos de una celosía superior llamada PlaCSH (plasmonic cavity with subwavelength hole array), fabricada con una capa de oro de tan solo 30 nanómetros de espesor.
Esta nueva célula solar solo refleja el 4% de la luz, y puede dar más eficiencia con ángulos mayores de incidencia de la luz (días nublados, y al atardecer/amanecer), todo ello gracias a esta nueva estructura.
Como se puede observar en la imagen, la capa “ventana” de metal reemplaza a la típica capa de las celdas solares convencionales, hecha con ITO (tin-doped indium oxide), mientras que la metálica inferior, es igual. Por otro lado, en la capa activa (material semiconductor), para este diseño se ha utilizado plástico, y es mucho más delgada, aunque también podría fabricarse de silicio, o arseniuro de galio.
El gran avance de esta tecnología está en el comportamiento de la luz cuando incide en ella, quedándose prácticamente atrapada y que podría utilizarse también para aumentar la eficiencia de los paneles solares actuales.
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